miércoles, 16 de septiembre de 2009

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

 

Alguna vez conté, que el 1er año del industrial, lo hice en el viejo edificio que la escuela, tenía en el barrio de Congreso.

Para el 2do. año la  ENET 36 pasó al edificio de Cuba y Blanco Encalada. Este, era deslumbrante comparado con la vieja casona llena de vericuetos, que teníamos anteriormente. Había un gran patio; toda una novedad.

Recuerdo que en el patio se encontraba la escalera que bajaba a la cantina o bufet.

Yo vivía en El Palomar; los días de taller, no podía volver a mi casa a almorzar. Teníamos aprox. 1:30 hs de tiempo libre. Tampoco disponía de mucho dinero. Mi familia realizaba un gran esfuerzo para costearme los gastos de una escuela, que requería días con doble turno. Me daban  dinero para los viajes y un poco más, para que coma algo.

En la cantina de la escuela, los precios eran muy accesibles, por lo cual intentaba comer allí.

Lamentablemente encontré un inconveniente, otro más, entre los tantos que tenía por ser la única chica.

Cuando llegaba la hora del mediodía, bajaba y ya había una larga fila de compañeros esperando a ser atendidos. El encargado de cuidar el orden era el Sr. Fernández.

Yo me ponía a la fila como cualquiera, pero enseguida, Fernández, en su afán de protegerme, me decía:

- Straus, Ud. no haga fila. Vaya al mostrador y pida.

A mí me daba muchísima vergüenza (tenía entre 14 y 15 años). Entonces él me escoltaba hasta el mostrador y le decía al cantinero:

- Atienda primero a la piba.

Pero, había algunos compañeros, (especialmente uno,  al que actualmente, quiero mucho) que me gritaban:

- ¡¡Ehh...Colada!! ¿Qué, tiene coronita?... ¡¡Qué haga la cola, cómo todos!!

Pues imaginen, lo mal que me sentía con esa situación.

 

Continuará. (si Uds. lo desean)

Bs.

Angélica

5 comentarios:

toni dijo...

Que Bueno Angélica !!!
Es un placer volver a leer tus anécdotas !!!

Espero que cuentes quién era ese simpático "caballero".

Un abrazo

Anónimo dijo...

No, eso quedará en la historia. porque como verás en el próximo capítulo tuvo su influencia.

Horacio dijo...

Yo por mi parte voto para termines de contarla y no te olvides que nos debes la de tu noviazgo-casamiento.

Horacio

P.D.: eso sí, esperá tu turno para publicarla.

Anónimo dijo...

Horacio: Ya expliqué que lo del noviazgo no va. Está vetado por mi marido. ¿Que vas a hacer?.
Bs.
Ang.

Ricardo Vonte dijo...

Aunque las historias de amor, por su encanto, fantasía y lirismo son algo así como patrimonio de la humanidad (¿quién no se enamoró alguna vez?), es absolutamente respetable el derecho a la intimidad y el secreto de los pormenores. Y mal que nos pese, deberemos quedarnos con esa inquietud en la historia de Ang y Marcelo. Tratemos de no hacer de ésto un motivo de conflicto que pudiera afectar la relación de tan linda pareja. Saludos para todos.
Trinjaus