domingo, 23 de agosto de 2009

El tio Raúl y Santa Clara

El tio Raúl, no era quien habia comprado el terrenito, era cuñado del los dueños, es decir las dos mujeres, y tambien mi suegra eran hermanas. Un cordobes mas bueno que el cafe con leche, habia nacido en Ischilin, cerca de Dean Funes, al norte de la Docta. Era chapista y tenia un taller en Villa Martelli. Siempre estaba dispuesto para ir a la costa, porque tambien le gustaba hacer un paseo por los interiores de la "Casa de Piedra", aunque no era jugador vicioso, le gustaba palpitarla un poco y hasta donde podía se la jugaba. Un fin de semana fueron para el lote, y al llegar...¿que le pasó? .....
tenia muchas ganas de orinar, si bien era todo arbolado y sin vecinos, quiso ir al bañito del fondo, entro media a oscuras porque luz todavia no habia y era el atardecer, y cuando prepara el armamento para iniciar su derrotero, siente un fuerte grito que brotaba del inodoro, por supuesto que batió el record de los 100 m llanos con la disparada. Por si todavia no se dieron cuenta que pasó, les cuento...habia una comadreja anidando lo mas plácida en el inodoro.
Otra del tío, para octubre del 73, y antes que digan que memoria, me acuerdo porque Cristina estaba embarazada y organizamos un gran campamento en el terreno. La tribu era peor que la de los gitanos en cantidad me refiero, habia como 8 carpas armadas en circulo en el fondo del terreno, alli en el medio habia un fogoncito para el asado o cocinar afuera cuando el dia se prestaba. A la tardecita de ese sábado, teniamos que ir a visitar unos amigos de ellos al centro de mardel, entonces, ni lerdos ni perezosos el tio Raul comandando el batallon dijo casi como una orden.... nosotros los hombres grandes nos vamos al casino y ustedes los jovenes, si quieren van a pasear si no se vuelven a Santa Clara. Hasta ahi todo bien, hasta que se le ocurrio decirme.. que te parece si cuando volves prendes el fuego y hacemos un asadito... yo me prendí como loco, le hacia mucha pata, me sentía muy bien con el...
Cuando llegamos a la ciudad, lo primero fue ir a la carnicería y comprar todo, y asi fue. Fuimos a picar algo a lo de los amigos, ellos, los grandes al casino y nosotros paseamos un poco con los autos y volvimos al "camping". Al llegar era casi las 12 y no hacia frio, pero yo llegue con mas ganas de dormir que de hacer el asado..
El tio volvió y blasfemaba al aire, yo lo escuche desde la carpa, pero nunca estuve mas sordo. Al amanecer es decir a eso de las siete comenzamos a escuchar voces de nuestros vecinos de carpa..vos estas loco decian...a quien se le ocurre... viejo que estas haciendo decia la tia.... Que te cuento, el tio Raúl se levantó a las 6 prendió el fuego y se puso a hacer el asado.
Para que lo hiciste ahora, quien va a comer eran las preguntas.. es para mi y el que quiera que se levante. Uno a uno fuimos saliendo de las carpas y a buscar un pedacito de matambre con pan recien cortado de la parrilla. En sintesis, porque ya se me esta haciendo matambre la boca..... fue un exito del tio, terminó ovacionado y es el dia de hoy que no dejo de recordar ese especial aroma del asado mezclado con el aire fresco de la mañana bajo los pinos de Santa Clara.
El proximo capítulo se lo decicaré al tio Victorio, el dueño del camping.....
Abrazos para todos y no se olviden, no se si será en Santa Clara, pero en Mardel siempre los estaré esperando.

Raúl Rosales.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Son muy lindos tus recuerdos,Raúl. A mi particularmente me retrotrae a una época de mi vida, donde tenía experiencias muy similares a las tuyas. Se ve que no solo fuimos vecinos en El Palomar, sino que vivimos cosas parecidas. Es cierto que la época se prestaba para eso: los campings,las familias que se juntaban y nosotros que eramos jóvenes y la aventura.
Los jóvenes de esa generación, eramos más aventureros que los de ahora?
Bs.
Ang.

Ricardo Vonte dijo...

¡Qué hermosa historia Raul! Desde que leí la historia del tío Raúl no puedo dejar de imaginarme la impresión de entrar al baño y encontrarse con el bicho en el inodoro. Me encantaría saber que sucedió con la pobre comadreja mientras esperamos la historia del tío Victorio.
Ang: creo que la actual generación es tan o más aventurera que la nuestra aunque de distinta forma. De hecho son mucho menos inhibidos en todos los aspectos lo cual les permite un tipo de aventuras tal vez de mayor riesgo. Sin ir más lejos te diría que para los jóvenes de hoy en día, el sobrevivir en esta jungla ya es toda una aventura.
Trinjaus