viernes, 21 de agosto de 2009

El Cuaderno de Disciplina

Hablando del cuaderno de Daniel Gómez y las “confesiones”, me acuerdo del documento escolar, inventado por el honorable señor Carmelo Moreira.

Recuerdo que mi cuaderno contaba de 12 páginas, todas selladas y numeradas, solo que por alguna distracción, solo numeraron el mío hasta la pagina 3… y aquí empieza el cuento.

Pasaban lista de asistencia al principio y al final de la clase, en la primera yo casi siempre  estaba, pero en la segunda…no.

Yo trabajaba y estudiaba al mismo tiempo y como verán en todas las fotos en que aparezco, nunca tuve uniforme, usaba un traje de mi viejo, tampoco compraba libros, por eso escribía tanto en clase, llevaba un cuaderno de apuntes por cada materia.

Entonces cuando teníamos algún profesor malo o que faltaba, no perdía tiempo al pedo, me rajaba a hacer algún laburo o me iba al fulbito de cabildo con el “Gallego” Fernando Díaz.

De a 3 en 3, me fueron llenando de amonestaciones por estar ausente al final de la clase.

Lo curioso es que solo las anotaban en el cuaderno y del cuaderno pienso que irían a los archivos.

La cuestión es que me enchufaron 24 amonestaciones en las tres primeras páginas del cuaderno y las siguientes iban a parar a la cuarta página que tenia el sello pero sin numero, y a los 5 minutos a la mierda con esa pagina y aquí no ha pasado nada… así llegue a terminar el 5 año sin que me rajaran, con “24 amonestaciones” de las treinta y tantas…

Un abrazo

Danny

 

 

1 comentario:

Ricardo Vonte dijo...

Nada hay tan lindo como el recuerdo de las picardías que vistas allá lejos y hace tiempo parecen ahora un inocente juego de niños. De hecho lo eran ¡Cómo ha cambiado la vida! En nuestros actuales y difíciles tiempos, las picardías son por ejemplo llevar una pistola 9mm a la escuela y si es posible, para diversión colectiva, ponérsela en la cabeza a algún preceptor o docente. ¿Qué nos pasó?
Trinjaus