miércoles, 28 de enero de 2009

A la vejez... bigüela

Hola amigos/a como están ustedes. No estuve de vacaciones, mucho peor, les cuento.
Recién hoy me estoy reponiendo de una enfermedad, en realidad no la llamaría enfermedad, la llamaría "LOCURA".
Luego de muchas frustraciones a lo largo de mi vida desde antes de conocernos en la escuela, en que soñaba con poder tocar algún instrumento musical he podido comenzar a realizarme, pero vale la pena contar lago de la historia.
Cuando tenia 13 o 14 años, pared por medio, vivía una chica unos años mayor que estudiaba piano, y el instrumento justo estaba del otro lado de mi almohada, con lo que me dormía con las melodías de Chopin, Beethoven etc. etc. que ella estudiaba. No me molestaba, me agradaba mucho, entonces le pedí si me enseñaba a tocar y empezamos con el viejo y tradicional asunto de la Teoría y Solfeo. Mi apuro musical no daba con ese método por lo que duré estudiando un par de meses. En la secundaria me volvía loco cuando Néstor Iribarren, Carlitos Calvelli, Adrián Peuvrel, tocaban y yo al lado movía mis manos como si estuviera tocando yo también.
Después de la escuela siempre estuve ligado a la música pero ya como Operador en la radio. En el año 78, vi un aviso en el diario que hacia referencia a aprender a tocar piano con símbolos, un curso típico para adultos, y allí fui. Era un señor europeo, Charles Franz, que hizo la demostración y allí me prendí.
Justo tenia una profesora cerca de casa y así comencé con el piano. Cada clase era una nueva canción, la cosa era interesante, hasta la marcha del mundial 78 nos dio Tiempo después un amigo de la familia me prestó un piano entonces podía practicar en casa. En ese tiempo me recorrí cuanta casa de música había viendo órganos electrónicos, recién asomaba el Fun Machine, estaban los Farfisa, los Scandaly, y los mas sofisticados eran con doble teclado y ritmos.
Hasta había dado con un señor que me hizo empezar a armar uno, si habré puesto diodos para armar el teclado, en fin toda una aventura, pero nunca llegue a terminar, creo que no llegue ni a la cuarta parte. Mi hija mayor en ese tiempo 7 años, había comenzado a estudiar guitarra, por lo que había una en casa a la que solo acaricié un par de veces.
En la década del 90, alcance a comprar un teclado Casio de 5 octavas con la escusa de que a mis tres niñas le iba a servir, todo un avance, pero todo era casi inútil con decirles que mis amigos me llamaban Beethoven, pero no porque era un gran músico, sino porque era un gran sordo, y además no acertaba una nota ni que estuvieran de liquidación.
Para ir dándole un final y una explicación a este relato, les digo como decía mi abuela "otra vez la burra al trigo" y pequé. La guitarra de mi hija se había roto y ella vivía en España, entonces me dije, se la voy a hacer arreglar, ya que hacia mas de 25 años que la tenia, y cuando fui a buscarla reparada, leí un cartelito de una profesora y me dije...esta es la mía.
Así hace dos años, una vez por semana la profesora estropeaba sus oídos escuchando como yo destrozaba cuerdas. Con el tiempo algo fue saliendo, desde Merceditas y Luna Tucumana hasta una de Gloria Stefan (menos mal que vive lejos que si me escucha me fusila). Pero yo siempre quise tocar chacareras.... ella me dijo.... es un ritmo muy complicado, vamos a hacerlo mas adelante. Fue así que en octubre comencé con los primero rasguidos en diciembre ya iba por los segundos, y como la profe, bien que hizo, dijo enero estoy de vacaciones, nos dejó un tarea para el hogar. Para mi fue practicar el ritmo de Chacarera y aquí estoy metido, entre la del Rancho, el Puente Carretero y entra a mi pago sin golpear, me estoy volviendo loco. Ayer me sacaron una foto pero fue con la Geavert y el rollo todavía no esta revelado, les prometo escanear y subirla al blog lo antes posible.
Después se van a dar cuenta, cuando me vean, porque no aparecí escribiendo nada, aunque de noche, ante de ir a dormir varia veces le pegué un visita.
La música sigue siendo mi debilidad, y al paso que vamos, seré débil el resto de mis días pero de las letras me acuerdo y les escribo algo
 
Es oro la amistad, que no se compra ni vende
solo se da cuando en el pecho se siente
no es algo que se ha de usar
cuando te sirva y nada mas.
 
Gracias amigos/a por su constante alegría y buen humor.
Un abrazo.
Raúl Rosales
 
 
 

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