lunes, 6 de octubre de 2008

Se llama Di Tono o Ditono, no lo recuerdo...

Al profesor Ditono lo tuve en Organización Industrial.

Lo recuerdo gordito, no muy alto, morocho y con unos anteojos oscuros, pero de aumento.

Era un personaje muy compinche con los muchachos, o sea mis compañeros. Era bromista, alegre y además explicaba bien su materia. A veces organizaba salidas con los alumnos, de las cuales yo no participaba.

 

Conmigo no sabía muy bien como manejarse, ni por donde abordarme. Se  notaba que quería acercarse a mi de algún modo, supongo que la razón era que  me veía un poco sola...Reconozco que yo no le daba mucha oportunidad de hacerlo.

 

En esa época yo estaba viviendo con mi familia en "El Palomar" y tomaba todos los días el ferrocarril San Martín, de ida y de vuelta.

 

Una vez regresando a mi casa nos encontramos en el tren. Comenzamos a charlar y me contó que su novia vivía en Caseros, una estación antes que la mía. Me preguntó si me gustaba leer, le respondí que si. Investigó que tipo de lectura prefería y cuando faltaba poco para llegar a Caseros me dijo:

- Leíste alguna vez algo de Mitología?

- No, nunca

- Te gustaría leer algo?

- Y bueno, no sé... contesté

- Te voy a traer un libro para que empieces

- Bueno gracias, respondí sin mucho entusiasmo, como para dejarlo contento.

 Pensaba: Que se va a acordar del libro y pronto se va a olvidar de este tema.

 

Al otro día apareció con un libro gordísimo!! Y me dijo:

- Te traje este que se llama "El Vellocino de Oro" y empezó a explicarme de que se trataba. Mientras él hablaba yo pensaba para mí: es un libraco! Y voy a tardar meses en leerlo, pero si ó si lo voy a tener que leer porque sino se va a ofender... que lío!...

 

Comencé ese día a la noche en mi cama a ver si intentaba darle un vistazo. A medida que pasaba las primeras hojas me empezó a entusiasmar, me iba atrapando cada vez más. En una de esas miro el reloj y eran las 4 de la mañana y me levantaba a las 6.

Los siguientes días se descalabró mi vida, en vez de estudiar como hacía siempre durante el viaje en tren, leía a los Argonautas que iban tras el Vellocino. Cuando comía,  seguía leyendo pese a los retos de mi madre. No estudiaba, no hacía las tareas, me quedaba hasta tarde y casi sin dormir (porque además consultaba con la enciclopedia para ir viendo todos los detalles). Me encantó, me deslumbró!! Pasé a adorar a mi profesor Ditono.

 

Tanto influyó ese libro en mi, que luego seguí leyendo y averiguando más de todo lo que era Mitología.

 

Hace unos años cuando una de mis hijas estaba estudiando teatro griego, corrí a comprarle ese mismo libro, que su autor es Robert Graves.

 

Creo que él nunca se debe haber enterado hasta que punto influyó en mi,  que organicé un viaje con mi marido para ir a conocer Grecia. Y les aseguro que mientras recorría los lugares de ese país con toda su historia a cuestas..... me acordaba de mi profesor Ditono.

 

Un beso para todos

Angélica.

P.D. La verdad,  no los canso un poco con todos estos recuerdos? Es que no se de donde  salen.... donde estaban?...

7 comentarios:

Antonio dijo...

Muy lindos recuerdos, es un gusto leerlos. En cuanto de donde salen, yo estoy convencido que el hecho de escribir en el blog aumenta la memoria.

Seguí escribiendo. Un abrazo

Ricardo Vonte dijo...

Tus historias son hermosas Angélica, y nos retrotraen a tiempos y lugares que ya sólo existen en nuestras mentes. En la tuya, en la mía, en la de nosotros, en la de muchos otros... y que todos llamamos recuerdos. ¿Qué dónde estaban? Siempre estuvieron allí con sus vibraciones, esperando el momento oportuno para volver a recrear ese tiempo y ese lugar y convertirse en historias. Historias tan bonitas como las que vos plasmás en este blog. Leerlas, es para mí un placer. Vos tenés esa increíble sensibilidad que involucra tu historia personal junto a nombres y personajes que nos son comunes a todos. De allí que jamás podríamos aburrirnos con su lectura porque en mayor o menor medida son también parte de nuestras propias vivencias. Por favor no dejes de escribir. Un beso grandote.
Trinjaus

Anónimo dijo...

Toni: Creo que es cierto lo que decis, porque siempre tuve poca memoriay desde que me asocié al blog comencé a recordar muchas cosas. Gracias!

Ricardo: Gracias por las cosas que expresás. Vos también tenes razón, no se en que frecuencia vibrarían esos recuerdos, pero evidentemente lo hacían.
Les cuento que durante 40 años la ENET se borró de mi memoria y ahora me sorprendo despertándome en medio de la noche y evocando algún recuerdo de ese entonces. Lástima que soy tan vaga que no atino a prender la luz y escribirlo para luego, entonces cuando me despierto a la mañana ya no se que era...
Bs.
Angélica

Cristóbal Raúl Rosales dijo...

Angelica, grande el recuerdo, despues hablaremos de El Palomar, pero para que mas de uno se sorprenda por mi prodigiosa memoria te voy a decir que el nombre completo de Dittono era Nicolás Erasmo Marcelo, asi como lo ves escrito, yo tambien lo tuve en Organizacion Industrial y en 2do año en Laboratorio, y tambien lo apreciaba mucho, solía venir con su paraguas y lo llevaba arrastrando hacia adelante, sacando aún mas su abdomen prominente, me parece verlo en este instante; el ya ha fallecido. Se prendia en todos los campamentos que se hacian y si mal no recuerdo acompañó a los muchachos que en un verano, en el 65 o 66, fueron al sur embarcados en un buque de YPF, ya alguno hablará de esta aventura. Ah me olvidaba, !!cómo le gustaba la fotografía!!, era un genio, conocia un monton del tema y mas de una vez pasamos las horas de clase hablando de maquinas y películas.
Mirá vos Angélica, lo que hiciste remover de mi pobre neurona, segui asi, vos poné el tema, y seguro que crecerá.
Un abrazo a la distancia. Raul.

Anónimo dijo...

Que alegria Raúl que te acuerdes tanto de él, además me aclaraste como se escribía el apellido. Lo que me apena muchísimo es que se haya muerto, no lo sabía...
Un besote, Raúl
Angélica

huberto dijo...

Yo lo tuve a Dittono en Historia en 1er año. Y también fui a un campamento a Bariloche con él. En Historia nos contaba de las luchas entre los distintos pueblos de la Antigüedad y dibujaba carros de asalto y demás cosas en el pizarrón. Un gran tipo.
Un abrazo, Huber

Unknown dijo...

Que gratitud y que recuerdo tan maravilloso de mi tío...un hermoso homenaje de huellas en el corazón tanto para ustedes que fueron sus alumnos como para nosotros que el tío contaba con gran entusiasmo y humildad desprendía a quienes lo escuchábamos los anécdotas que impregnado mis recuerdos de alegría

Muchísimas gracias de compartir momentos del alma..!!!