sábado, 14 de noviembre de 2009

HORACIO N. ME HIZO RECORDAR UN HECHO REAL - TRINJAUS EL ASESINO SERIAL

Durante muchos años de mi vida, trabajé como electricista en domicilios, empresas, industrias, etc. Gracias a Dios mi cartera de clientes era bastante amplia y mi dedicación full time. Un sábado por la tarde, me llaman de urgencia de una clínica geriátrica a la cual concurrí con bastante celeridad. Al llegar al lugar me explican que hay un aparente cortocircuito en un sector del tercer piso que hacía saltar la llave térmica. Lo primero que hago es ir al tablero seccional, donde había varios circuitos lógicamente sectorizados y constatar que realmente una llave termomagnética estaba caída y que al habilitarla saltaba inmediatamente. Sin duda el corto era real y para constatar además si el desperfecto había puesto alguna parte de la línea a tierra o con pérdida eléctrica, con mi fundamental herramienta, la maravillosa "lámpara de pruebas" puenteo el vivo de la termomagnética y como es lógico entonces, saltó uno de los disyuntores del tablero que afectaba a varias secciones. Hacer eso y escuchar al instante un griterío tremendo fue la misma cosa. El gran sector que yo acababa de interrumpir con la magistral prueba eléctrica afectaba la sala donde los viejitos internados en grave estado eran asistidos por los respiradores electromecánicos. ¡¡¡¡ERROR TRINJAUS... GRAVE ERROR HABÍAS COMETIDO CON TU ESTUPIDA PRUEBA!!! Les aseguro que me sentí muy mal, y si bien los respiradores tienen un circuito de protección automática que pone inmediatamente en funcionamiento las baterías de seguridad,  el cambio de frecuencia repiratoria al pasar de una alimentación a otra hizo que los pobres ancianos enloquecieran y también los enfermeros. Entonces, ante el susto y para subsanar el error volví a restaurar la alimentación y zaz... otra vez el cambio de frecuencia respiratoria al pasar de batería a 220 volts. Me quería disparar por una ventana si hubiera sido posible pero estaba en un tercer piso... Para minimizar explicaciones, les cuento que el corto estaba en un artefacto de iluminación del baño de unas de las habitaciones que finalmente reparé y todo quedó solucionado, pero les aseguro que me sentí por un par de días como un asesino serial de indefensos ancianos. Esto lo recordé ahora por el spot de Horacio N. y todavía se me erizan los pelitos de los brazos agradeciendo a Dios que la cosa no haya pasado a mayores. Lo que no puedo recordar es por qué no me volvieron a llamar nunca más de ese geriátrico.
Los quiero mucho a todos.
Ricardo Trinjaus


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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Ricardo: tu comentario me hizo acordar que en taller de 3º ó 4º año, uno de los ayudantes que tenía la escuela, era un estudiante adelantado, que estaba con un delantal gris y siempre llevaba consigo una lampara de pruebas,una tarde se produjo un corto en un tablero de taller, que estaba,creo al pié de la escalera,estábamos por entrara taller, pero como no había corriente ,esperamos que viniese a solucionar el problema, estábamos casi veinte y pico de estudiantes y este muchacho, no recuerdo el nombre, empezó a controlar las tensiones en el tablero, cuando de pronto, la lampara estalló, haciendo un ruido bastante fuerte,no te imaginás el susto que nos pegamos todos, no te cuento, el joven ayudante,blanco como un papel atinó a decir, que la lampara tenía gas por eso estalló, en realidad lo que pasó, había tomado dos fases juntas,en ves de fase y neutro. A partir de ese día le empezamos a llamar LAMPARITA. Siempre lo recuerdo.Un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

Estimado Ricardo: tu comentario me hizo acordar que en taller de 3º ó 4º año, uno de los ayudantes que tenía la escuela, era un estudiante adelantado, que estaba con un delantal gris y siempre llevaba consigo una lampara de pruebas,una tarde se produjo un corto en un tablero de taller, que estaba,creo al pié de la escalera,estábamos por entrara taller, pero como no había corriente ,esperamos que viniese a solucionar el problema, estábamos casi veinte y pico de estudiantes y este muchacho, no recuerdo el nombre, empezó a controlar las tensiones en el tablero, cuando de pronto, la lampara estalló, haciendo un ruido bastante fuerte,no te imaginás el susto que nos pegamos todos, no te cuento, el joven ayudante,blanco como un papel atinó a decir, que la lampara tenía gas por eso estalló, en realidad lo que pasó, había tomado dos fases juntas,en ves de fase y neutro. A partir de ese día le empezamos a llamar LAMPARITA. Siempre lo recuerdo.Un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

Ricky: Quién no se mandó alguna vez macanas? Todos las hemos hecho, algunos las cuentan y otros/as las callan.
Un abrazo grande
Angélica

Anónimo dijo...

pido disculpas, en mi afan de publicar el comentario,lo hice dos veces,siempre leo el blog,ya esta incorporado a mis cosas de todos los días, aunque a veces no tengo tiempo para escribir,me quedé con ganas de escribir, sobre el comentario de Daniel, con respecto a si Einstein era o no creyente. En otro momento , tal ves lo haga.Un fuerte abrazo para todos.Victor Widmann