sábado, 1 de mayo de 2010

Para este relato, tengo que contar como me llaman en mi familia desde que nací. No me dicen Angélica, ni Ang , ni Angy (este último lo usaban algunas compañeras de CNEA). Mi sobrenombre es: Gely. Viene de An “geli” ca, No sé quien en la familia cambió la “i” por “y”. Según me contaba mi padre, en Alemania el nombre Angélica es muy común y el sobrenombre que le corresponde es “Geli”. Es igual a cuando los latinos llaman a Francisco: Pancho, ó a José: Pepe.

Hoy 1 de mayo, invité a la familia de mi hermana, a almorzar. Previamente ayer compré una picadita, varias cajas de ravioles, preparé una hermosa salsa y de postre cociné un flan casero. Todo organizadito, como buena alemana.

Pero siempre olvido el mismo detalle: estoy casada con un descendiente directo de gallegos (De Galicia... ehh?).
Mi marido, a eso de las 11 de la mañana, mirando el cielo me dice:
- Que lindo día para hacer un asadito. No?
- Mirá, ya tengo todo preparado; unos ravioles buenísimos que fuí especialmente a buscar a lo de XXX.
- No importa Gely, se pueden guardar, si todavía no los cocinaste. Hay que aprovechar un día tan hermoso, después viene el frio y ya no se puede estar al aire libre...
- Pero Marcelo, hace como dos años que vos no haces un asado. Ultimamente lo hacen tus yernos...- le digo.
- Con más razón. Hoy no están ellos, lo puedo hacer yo.- me dice entusiasmado.
Por lo cual pensé: - Bueno, que lo haga, total los ravioles los guardo y la salsa la congelo para otro día.

Pero era 1 de mayo, los comercios, se supone que están cerrados, o en todo caso, yo no tenía ganas de salir a buscar una carnicería abierta.
Rejuntamos lo que había en el Freezer. Salió bastante bien: Un pollo parrillero, chorizos, morcillas un trozo de vacío y si faltaba, había hamburguesas. Todo congelado “estilo piedra”.
Con urgencia y con ayuda del Microndas me puse a descongelar. Mientras, reforzaba la picada por si era escasa la comida. Lavé un montón de verduras, preparé varias ensaladas.

A todo esto Marcelo se puso a hacer el fuego. Cabe aclarar, que la leña y el carbón estaban un tanto húmedos.
- Gely, me alcanzas el secador de pelo?- me pide desde afuera.
- ¿Para que lo querés?- pregunto.
- Para avivar el fuego, si no, no prende.
Luego de una hora, el fuego prendió y comenzó a agregar el carbón. Obviamente se ensuciaba las manos con carbón y algo de grasa que tenía la parrilla. Por esa razón se acercaba a la pileta de la cocina y colocando las manos cual “cirujano”, me llamaba:
- Gely... ¿Me echás detergente?
Lavaba cuidadosamente sus manos y decía:
- ¿Me dás algo para secarme? (ésta operación se llevó a cabo unas 3 veces más, mientras preparaba el fuego)
Cuando llegó el momento de limpiar la parrilla...justo, justito lo llamaron por TE, por lo cual antes de atender, me dijo:
- Gely, podes limpiar la parrilla vos, mientras veo que necesita este paciente?
Volvió de hablar por TE y dijo:
- Gely me traes la carne? ¿Ya pusiste la sal? Ahh...de paso, ¿nos tomamos un vinito?

A esta altura pensaba lo tonta que había sido al dejarme convencer de cambiar el menú. Pelear un 1ero. de mayo? No, era mucho trabajo... y hoy era el “Día del trabajador", así que lo dejé pasar nomás.

Cuando llegó mi hermana, yo estaba a toda velocidad preparando la mesa afuera, ya que el asado no se come dentro de la casa. Por suerte salió rico y todos lo alabaron y pidieron “un aplauso para el asador”.
Me pregunto, si yo hubiese hecho los ravioles, habrían pedido un aplauso para la cocinera? Lo dudo. Eso sí, el asado, es cosa de hombres.

9 comentarios:

daniel kritz dijo...

Mira Gely, yo te aplaudo por la paciencia que tenes a tu marido!!!

Apropo, cuando lo queres enchinchar, le contas un chiste de gsllegos???

Anónimo dijo...

No!! Es un santo, Si no como haría para aguantarme a mi...

Anónimo dijo...

Daniel K:
Este relato no es una queja. Es un tanto realidad y un agregadito de ficción para mostrar a los hombres cuando hacen un asado y se creen que lo hacen ellos.
Es más, siempre que converso con mis amigas sobre este punto cuentan algo similar o peor.
Bs.
Ang.

Trinjaus dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jorge Luchia dijo...

Es sabido que cada uno tiene su estilo, en mi caso, la parrilla es mi territorio, me gusta ocuparme personalmente de cada detalle, y trato, amablemente, ¡QUE NADIE SE META ...! , por supuesto que agradezco la voluntad de colaborar, pero con un "no te molestes, yo me ocupo" defiendo mi lugar (quizás sea el único mio ...jajaja).

Un abrazo para todos.
Jorge Luchia

Horacio dijo...

Es admirable el tesón y espíritu de lucha de Marcelo, yo al simple "compré ravioles" ya me hubiera retirado de la parrilla por el resto del año. Jamás le voy a mostrar a mi señora esta entrada.

Un aplauso para el asado, Horacio N.

Antonio dijo...

Por tu relato, seguro que hay mucho de ficción, este muchacho es un buen candidato al concurso "El marido del año 2010".

Saludos

Daniel Geoghegan dijo...

Estoy seguro que el/la paciente que llamo por teléfono cubrió todos los gastos, tanto del asado como los ravioles, la picadita, etc… jajaja
Ese detalle no lo mencionastes!
Un beso,
Danny

Anónimo dijo...

Danny: Eres un pillin!!!

Bs.
Ang.