miércoles, 1 de junio de 2011

Historia con duende

Creo que hasta hora no publique ningun post con las cosas que escribo de mi curso de escritura creativa, pero esto creo que es lo suficiente comico y bueno para hacerlo.
pd1- es un caso real.

pd2- encontre las entradas.


Historia con duende

En todas las casas hay un duende.
A medida que sus moradores van envejeciendo, se pone mas activo.
Siempre anda haciendo travesuras.
La principal es esconder cosas.
Salgo de bañarme, miro la mesa de la cocina y grito :
-¡Pero hubiera jurado que dejé los anteojos aquí!
Fue el duende, cuando nadie lo podía ver, los llevó a la mesita de luz y los apoyo al lado del libro que estamos leyendo.
Antes de salir busco las llaves...
-¡Las llaves del auto, juro que las colgué aquí!
El duende mientras me bañaba, las llevo y las puso en el bolsillo del pantalón que usé antes.
Estoy recabreado y el duende muerto de risa en el rincón.
A veces suele hacer cosas más perversas. Por ejemplo:
Sacar del cajón ese documento importante y ponerlo en la pila de diarios y revistas para tirar. Si no lo vemos, estamos sonados. ¡Un montón de trámites para hacer una copia!
¡Es un desalmado, nosotros desesperados y el refregándose las manos de satisfacción en su cueva!
Una vez, poco antes de salir al aeropuerto para un viaje al extranjero, fui a buscar los dólares que había guardado donde siempre.
El desgraciado los puso en el cajón de mi escritorio, bien delante de mi nariz.
¡Madre mía, casi perdimos el avión buscándolos!
Menos mal que se queda en casa, pues si viaja escondido en una de nuestras valijas, ¡seguro que no volvemos!
Pero ayer fue el colmo de los colmos.
Claudia, mi esposa (También odia al duende) fue a guardar un papel con el número de teléfono de alguien que vendría a un casamiento con nosotros.
Le dije que lo ponga en el sobre de la invitación.
Este estaba junto a otro sobre la pizarra de las cosas importantes. El segundo sobre tenía las entradas a la opera y los pasajes de ómnibus que nos llevarían y traerían de vuelta. ¡Hace mas de cuatro meses que los compramos y la función es pasado mañana!
El asunto es que lo debe haber tocado sin querer y se cayó.
Se ve que el duende se puso estratégicamente abajo esperando, lo tomó con sus manitas delictivas y salió corriendo.
¡Sabe dios donde lo escondió!
Buscamos como locos y nada.
Nuestro duende debe tener su propio mini triángulo de las Bermudas.
Menos mal que Claudia las compró con tarjeta de crédito. Hoy llamo por teléfono a la empresa que verificó la compra rápidamente y nos autorizó a retirar unas copias el día de la función en ventanilla. Para el ómnibus no hay problema pues tienen la lista de pasajeros.
Pero esto lo sabemos hoy, ayer a la noche cuando se perdieron, me comí el hígado y casi destrozo un armario de cocina que está al lado de la pizarra. Pues supuse que el sobre estaría en una pequeña rendija que hay entre la pared y el armario
Además al otro lado de la pizarra esta la heladera, pesada como la madre que la parió.
La quize levantar y mis hernias empezaron a pedir socorro.
Si los duendes tienen su Facebook y este desgraciado una cámara digital, seguro que mi imagen circula en su red pues supongo que me fotografió anoche, con los ojos desorbitados, el destornillador, el martillo y mi mujer intentando calmarme.
Solo espero que el Internet de los duendes no esté interconectado con el de los humanos. Si no mis amigos de "nuestro Facebook" se morirán de risa a mi costa.

Por favor, ¿Alguien conoce alguna empresa dedetizadora que se especialice en duendes?


DanielKritz beer Sheva 31 de mayo de 2011.

4 comentarios:

Antonio dijo...

Muy buena historia Daniel. No se cuanto pagás por el curso pero se justifica.

Yo conocí a un muchacho que trabajaba en el sector Mantenimiento de una empresa, y realmente creía en los duendes. Siempre le echaba la culpa a ellos cuando no podía encontrar algún destornillador, pinza, etc. Para él la solución era pegarle un grito para que el duende devuelva lo que había escondido. En fin.
Un abrazo.

Trinjaus dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
victor dijo...

Muy buena historia Daniel, es el tipo de duendes que todos tenemos, lo que no se si se multiplican al pasar los años, porque cada vez hacen mas fechorías.
Un fuerte abrazo.
Victor

Jorge Luchia dijo...

En mi caso el ataque lo vengo sufriendo hace muchos años y es temático; empezaron con las herramienta que estaba usando, con el tiempo fueron avanzando y ahora casi no hay excepciones, cualquier elemento puede cambiar de lugar. Les puedo contar un episodio; una vez limpiando el sintonizador del televisor, los viejos rotativos con contactos (se darán cuenta de la época que hablo) me desapareció el destornillador que estaba usando, lo busque inútilmente por toda la casa y no lo pude encontrar, pasaron meses hasta que un día acomodando una baulera del placard, esas puertas superiores que jamás se usan, apareció la herramienta perdida. Duende hijo de p...!!! .... aunque si hago memoria, y esto nunca lo conté, creo que el día de la desaparición yo fui a ese placard a buscar una botellita de alcohol pero es mejor creer en los duendes ....¿no les parece?

Un abrazo para todos.
Jorge Luchia