Un grupo de jubilados sale de viaje hacia Mar del Plata, durante el mismo se entretienen hablando, cantando y comiendo.
Después de unas dos horas de viaje, una viejecita muy amable, se acerca al chofer y le regala una bolsita con maníes, que el conductor agradece y se sorprende gratamente por el gesto.
Pasa un rato y nuevamente la viejita va a la parte delantera del ómnibus con otra bolsa con maníes. Después de otra hora de viaje, nuevamente la señora va y le lleva más maníes, a lo que el chofer dice: Muchas gracias señora, pero ya he comido un montón, pero dígame de donde tienen tantos maníes.
Y la señora contesta, lo que pasa es que una distribuidora de golosinas nos regaló al centro de jubilados varias cajas de maní con chocolate, y como la mayoría de nosotros no tenemos dientes, solo le chupamos el chocolate y los maníes se los damos a usted.
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