jueves, 18 de agosto de 2011

Una visión diferente de la historia


A veces nuestros heroes de los libros de lectura, pueden no haber sido lo que nos contaron.
Ademas nada es blanco y negro, todo tiene matices grises.
Este articulo pone un poco de luz en algo que yo siempre pense.
Ademas sabemos que la historia la escriben los que ganaron.


San Martín: ¿espía inglés o patriota?






Un libro de Rodolfo Terragno -Maitland & San Martín- abrió una polémica sobre las estrategias políticas sanmartinianas. En este diálogo, el autor y el historiador Luis Alberto Romero analizan algunos aspectos velados por la historia convencional.







ROGELIO GARCIA LUPO. Periodista
-¿San Martín parecía definitivamente muerto desde 1950, el Año del Libertador, y ha tenido que pasar medio siglo para que se vuelva a suscitar un debate sobre su figura a raíz de la publicación de Maitland & San Martín, de Rodolfo Terragno? ¿Cómo puede ser que todo ese tiempo durmiera el interés por San Martín? Rodolfo Terragno: No sé si se durmió. San Martín y la política de los pueblos, una obra de Ricardo Piccirilli, es de 1957. Creo que la historiografía no lo abandonó. Lo que me parece es que la historia en general no es muy popular en la Argentina de hoy. Con insistencia me dicen que mi San Martín es distinto. Y a mí me parece que eso es muy revelador. ¿Distinto de qué? Distinto del San Martín de la escuela. Luis Alberto Romero: Yo diría que el libro de Terragno, además de haber propuesto una hipótesis interesante, tiene resonancia en la medida en que además de hablar de lo que pasó está hablando de la imagen del héroe. La imagen de San Martín es una imagen muy pesada en la cultura y en la política argentinas, que desde 1950 no se recordó porque en ese momento terminó de santificarse. Y se lo santificó para sacarlo de la historia y hacer de él el héroe fundador de la nacionalidad. A partir de ahí San Martín ya estaba completo. Terragno lo vuelve a bajar a la Historia. Terragno está embistiendo contra mitos de la versión tradicional, que es una versión del Estado, de un Estado militar y católico que ha colocado a San Martín en ese puesto. Dice que San Martín frecuentó logias con masones o relativamente masones ya que no había una división tan categórica entre unos y otros, y esto afecta a un enemigo declarado de la Iglesia Católica que en 1950 concentraba los males del mundo en el liberalismo y la masonería. Obviamente en un momento en que el Ejército y la Iglesia Católica tuvieron un lugar tan central y colocaron a San Martín en ese lugar, no podían admitir que San Martín tuviera contactos con la masonería.-En el año 50 se construyó toda una doctrina sobre un libro del español Augusto Barcia, que era un político español liberal, y que fue rápidamente descalificado con el argumento de que era un rojo español, aunque era un liberal de derecha.Terragno: Yo comencé a investigar el exilio de San Martín en Europa a partir de las bases que dejó Augusto Barcia Trelles. Cuando él fue embajador de la República en París indagó la vida de San Martín en Francia pero encontró muchas pistas sobre su pasaje por Inglaterra que él mismo no pudo seguir.-Comprendo que el nacionalcatolicismo de los años 50 era fuerte pero, ¿por qué alguien que no tuviera conexiones con la Iglesia Católica, como pudo haber sido el mismo Bartolomé Mitre, no investigó la etapa inglesa de San Martín?. Romero: ¿No la investigó bien o Mitre conoció lo que se podía conocer en su época? No me parece que en su obra ése sea un tema prohibido. -Pero, ¿por qué liquidó el tema en tan pocas páginas?Romero: El tipo de nacionalidad que construyó Mitre es muy distinta de esta otra. La de Mitre fue la de un nacionalista liberal. No creo que haya habido un prejuicio contra Inglaterra considerándola la fuente de todos nuestros males como ha sido luego característico de la historiografía nacionalista. Terragno: Mitre tiene mucho mérito y ha servido de base para toda la historiografía sanmartiniana. El tuvo el privilegio de recibir todos los documentos originales de San Martín. Pero Mitre tuvo algunas otras ocupaciones en su vida. Lo que hizo fue recopilar todo el material disponible y exponerlo a través de las 2500 páginas que tiene la edición original. El exilio de San Martín no está prácticamente tratado en el libro de Mitre. En 2500 páginas hay sólo treinta y dos renglones sobre el tema. La historia de Mitre termina en verdad con la campaña de San Martín. -¿Y el caso de Ricardo Rojas, que también escribió una biografía de San Martín en la cual aparece casi obviada la etapa de Inglaterra? Romero: Ya desde Rojas está la idea de que San Martín era argentino y por lo tanto las cosas que no lo unen directamente con la Argentina no son importantes. Había que construir un héroe nacional. Yo no creo que sea argentino. No creo que sea correcto decir que era algo que todavía no existía. No porque dejara de serlo, sino porque la Argentina todavía no existía. El trabajo de los historiadores ha tenido que ver con la necesidad de construir esta historia de la nacionalidad.Terragno: En algunos casos deformando la historia. En primer lugar, San Martín fue un hombre con un fuerte compromiso moral. Era un español nacido en la colonia, hijo de un funcionario español, un militar al cual le tocó pelear al lado de los franceses contra los ingleses, al lado de los ingleses contra los franceses, y que vio caer a España bajo el dominio napoleónico y después se vino a pelear a América. San Martín no tenía una pertenencia. El no tuvo nunca un compromiso muy firme, ni con España, ni con estos países. Cuando San Martín sale de España, y llega acá, protagoniza el primer golpe de Estado, con Alvear y otros, y coloca a un Triunvirato al cual le hace crear la Capitanía General de Cuyo. Entonces va a hacerse cargo del Ejército del Norte pero enseguida alega enfermedad. Va a Córdoba y se reúne con Pueyrredón y Guido, arman un Plan Continental y se establecen en Mendoza. El gobierno de Buenos Aires le pide que vuelva y no vuelve. Lo que después se llamará la desobediencia genial. Después se negó a intervenir en los asuntos internos de la Argentina. Decía que su sable no debía ser desenvainado para derramar sangre argentina. Y él nunca tuvo compromiso. Esto es natural porque nosotros hablamos de una nacionalidad que hoy tiene dos siglos de consolidada. En ese momento, él tenía a lo sumo un ideal americanista.Romero: Me parece que Terragno da a entender que había una Argentina a la cual San Martín no pertenecía. Desde mi perspectiva, no había una Argentina. En esa época y desde la perspectiva de San Martín había un imperio que se estaba desintegrando y algunos fragmentos que intentaban construir unidades estatales. No es que no quisiese participar, es que desde su perspectiva de español americano la Argentina no existía. Esto de la construcción de las nacionalidades choca con la idea generalizada de que la Argentina, como decía Mitre, nació el 25 de mayo de 1810. -El capítulo de Terragno sobre la masonería es uno de los que más interés despierta. Terragno: No hay duda de que los ritos de la Logia Lautaro eran ritos masónicos. Había algunas diferencias en las jerarquías, en la iniciación, pero podemos decir que era una logia protomasónica. Creo que esa condición le permitía actuar con una finalidad muy determinada que tal vez hubiera sido más dificil para una logia masónica. Era una logia protomasónica que tenía un propósito: producir un efecto político sobre las colonias americanas. Romero: Estamos en una época en la que todavía no existen partidos políticos. Existen estas logias que toman prestado de las masónicas la forma de organización. Supongo que en esa época no habría una barrera tan tajante entre lo que era masónico y lo que no. Hay otra masonería que es la que construye la Iglesia Católica en la época de la contrarrevolución del mundo instituido por la Revolución Francesa. Me da la impresión de que los masones eran gente bastante más inocente y mucho menos articulada de lo que pretende esta teoría conspirativa.Terragno: Lo que a mí más me interesa es la relación con Gran Bretaña. Una relación polémica, en la cual hay lagunas. Pero esto tampoco ha querido reconocerlo ni estudiarlo la historia tradicional. El primer plan británico para tomar el Río de la Plata data de 1711. Nosotros hablamos de la primera invasión inglesa en 1806 pero la primera en verdad fue angloportuguesa y tuvo lugar en 1762. La idea era dividirse el Río de la Plata con Portugal. Buenos Aires iba a quedar para Inglaterra y Montevideo para Portugal. Trataron de hacer cabeza de playa en Colonia y fueron derrotados. San Martín no era un intelectual pero los intelectuales de la época modelan el pensamiento imperante: Locke, Hume, Jovellanos, Diderot y Voltaire. Este pensamiento es importante en la historia de San Martín porque hace que, en un momento, mercantilismo e iluminismo se divulguen y San Martín termina peleando en América por lo mismo que peleaba en España. Yo siempre luché contra esa idea de San Martín agente inglés. Que supone que Inglaterra era lo que es hoy. Que existían la Argentina, Chile y Uruguay. Que San Martín traicionó a España y se transformó en agente inglés. Esa es una visión muy torpe.-Pero, aunque San Martín no era un intelectual, conocía el pensamiento de su época. Romero: Por un lado está lo que pasó en el siglo XVIII y XIX y por otro la manera en que fue reconstruido el pasado y no sólo por obra de los historiadores profesionales sino que hay mucho de ideológico y político. La masonería de la que hablábamos recién es un monstruo creado por la Iglesia que en un momento decide reescribir la historia argentina reflejando la catolicidad de todos los actores. De ahí que no se pueda escarbar mucho en este episodio masónico de San Martín. Y en esa reconstrucción que no es una sino que son varias entrelazadas, es donde surge el tema de Inglaterra. Inglaterra es el otro malo de nuestra historia por dos razones: una más moderna es el tema del imperialismo que recorre el siglo XX -y en el cual todos nosotros hemos sido formados-, y un tema más viejo, de orden religioso, que es la Inglaterra protestante, cuna de la herejía.Terragno: Borges dijo: A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires/ la juzgo tan eterna como el agua y el aire. Es la misma sensación que tenemos nosotros no sólo de Buenos Aires sino de toda la Argentina. Se nos hace cuento que hubo un tiempo en el cual la Argentina no existía. Mucha gente se ofende porque digo que San Martín era español, hijo y nieto de castellanos e hijo de un funcionario de la Corona. Nuestra historia es una historia retrospectiva, proyectamos hacia el pasado nuestro destino actual. Romero: No somos los únicos. Todas las nacionalidades se construyeron así. Uno sufre las consecuencias hoy de esa idea esencialista de la Nación.-En los últimos veintiséis años de su vida San Martín también se interesa por la política europea.Romero: San Martín intervino en la política americana sólo diez de sus más de setenta años. Esta manera de mirar las cosas desde la Argentina nos hace olvidar que era un español que estuvo diez años en la Argentina y volvió y siguió su vida en Europa. Y sus coordenadas responden al mundo de la época y la Revolución Francesa del siglo XIX. Sus ambiciones tenían que ver con una cierta versión del liberalismo político y con una lucha contra los autoritarismos de la época, tanto en España como en el Río de la Plata, antes que en fundar un nuevo Estado en este territorio.Terragno: Así desaparece esa historia absurda de que el Arcángel San Gabriel le dijo que tenía que volver al lugar donde había nacido. Romero: Yo creo que estamos hablando más de religión que de historia. Y esto a Terragno lo plantea muy bien. ¿Cómo nuestro héroe iba a tomar prestado un plan de otro?Terragno: Yo prefiero creer que San Martín no era un improvisado. No me puedo imaginar a un San Martín que, teniendo a su disposición los planes que durante un siglo se habían elaborado, no los haya usado incluyendo los de otros.Colaboró Eva Marabotto.

1 comentario:

daniel kritz dijo...

Eso de los matices grises es muy fácil de ver en la historia contemporánea.
En este paisito que vivo, algunos personajes son grandes hombres para algunos y grandes asesinos para otros.
Todo depende de los intereses y convicciones de cada uno.