Con ese saludo, y para quienes pertenecemos a la vieja generación del servicio militar obligatorio, se iniciaban los 25 DE MAYO y los 9 DE JULIO en nuestros días de "colimba" y previo al chocolate caliente. En las escuelas, también la nuestra, la escarapela durante toda la semana de mayo era obligatoria. ¡Como te la ibas a olvidar! Para recordártelo allí estaban Mahioki, Moreira, cualquier preceptor de turno, los profesores... Y el quiosco de la esquina siempre se hacía unos mangos vendiéndonos esa pequeña insignia celeste y blanca a modo de cinta, de botón para el ojal del infaltable saco, o de circulito plástico con los colores supuestamente impuestos por French y Berutti unos 150 años antes. Después... ¿que pasó después?... ¿Se terminó la Patria? ¿Se terminó el patriotismo? ¿Tuvimos Patria y patriotismo o sólo fueron ilusiones impuestas y obligadas por la educación de aquellos tiempos? A mí aún me quedan reminiscencias de ese espejismo y todavía soy capaz de emocionarme cuando escucho el Himno Nacional que también canto en algunas oportunidades. Y cuando digo "los laureles que supimos conseguir" , "y los libres del mundo responden" , o "juremos con gloria morir" me corre un escalofrío y lo siento viejo, antiguo, pasado de moda, irreal, ficticio. Y sin embargo, a veces se me ahoga la garganta, tal vez porque recuerdo aquella época en que me la creía. ¡¡¡¿QUE NOS ESTA PASANDO?!!!! DIOS MIO... Ya no me pongo la escarapela; me dá la sensación que me miran raro. Veo los autos con banderitas regaladas por alguna radio o alguna AFJP y es como en la final del campeonato mundial de fútbol , o tal vez no tanto. En las finales deportivas somos más argentinos todavía, como si fuera y de hecho lo es, la única batalla que podemos dar y ganar si la suerte nos acompaña. La bandera argentina ya no cuelga de mi ventana como en aquellos tiempos, y si alguna veo por allí, seguramente es por algún asunto de marketing para engañar a viejos como yo, porque los jóvenes todavía no encontraron su lugar y les importa un pito la celeste y blanca. Como me gustaría que todos tomáramos conciencia real, sin ser obligados, de lo que costó ser alguna vez un País, nuestro País. Sin volver atrás, pero sin perder el objetivo de la meta definitiva para volver a serlo y a hacerlo grande. Me encantaría que mis hijos, que mis nietos, sintieran alguna vez esa extraña sensación de orgullo por ser argentinos. Me encantaría que éste fuera su lugar. Me encantaría seguir soñando.
Pero no me hagan caso. Será lo que deba ser. Y éstas , no son más que reflexiones de un viejo pelotudo, trasnochado, y tal vez algo alcholizado que en este día que recién se inicia, 25 de mayo de 2008, todavía tiene ganas de decir: 'QUERIDOS COMPAÑEROS... EN EL DIA DE LA PATRIA... BUENOS DIAS...'
Ricardo Trinjaus
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2 comentarios:
Hola RICARDO
No creo que seas vos solo, que se emociona con el Himno, yo que soy Español, pero un defensor total de este PAÍS hermoso, estoy al borde de las lagrimas, saltan mis dos MUJERES y me dicen PARA MARICON.-
Como vos nombras a los jugadores de fútbol, abría que exigirles que se aprendan si o si el HIMNO y en especial a los que van al SELECCIONADO que no lo canta casi nadie, ESO SI QUE ES UN PAPELÓN, habría que copiarse de como lo cantan los PUMAS, esos si que te hacen EMOCIONAR por la garra que le ponen al cantar
Daniel Gomez
Somos muchos, más de lo que parece. No solo me emociono con la celebración de las dos fechas patrias: 25 de mayo y 9 de julio, sino que las festejo. Todos los años para el 25 de mayo hago un gran locro que ya es una tradición en la familia y vienen todos. Este año fuimos 25 y mi nietito repartió cintas blancas y celestes a los invitados. Las estuvimos preparando el día anterior mientras yo le contaba la historia del Cabildo Abierto. O sea que trato, como dice Ricardo, que desde chiquito le entre por los poros el amor al país donde nació.
Un abrazo
Angélica
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