jueves, 24 de febrero de 2011

La ranita

Iba un viejito, muy viejito por el bosque, cuando escuchó a sus pies una débil voz.

Se agachó y descubrió que quien le hablaba era una ranita, quien le dice:

- Soy una princesa hermosa, erótica y sensual, diestra en todos los placeres de la carne y el amor..

La reina mala, envidiosa de mis encantos, me convirtió en rana, pero si me das un beso, volveré a ser quien era y te daré todos los goces y deleites que mi voluptuoso temperamento y mi ardiente concupiscencia pueden producir.

El viejito levanta la rana y se la echa en el bolsillo.

Asoma la cabeza la ranita y le pregunta muy desconcertada:

- ¡¿Qué?!. ¡¿No me vas a besar?!

- ¡No m`hija! -respondió el viejecito-. A mi edad es más divertido tener una rana que habla, que una maniática sexual...

2 comentarios:

Jorge Luchia dijo...

Inteligente decisión, los años traen achaques pero acompañados de sabiduría ....

Muy bueno Toni.

Un abrazo para todos.
Jorge Luchia

Trinjaus dijo...
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