"LAS ALMENDRAS"
Era un autobús repleto de ancianos, que llevaba a gente de la tercera edad a dar una gira por la ciudad.
Una viejita se para de su asiento, le toca el hombro al chofer, y le ofrece un buen puñado de almendras sin cáscara.
El chofer sorprendido, le da las gracias y se las come con agrado.
Diez minutos después, la abuelita repite el gesto, el chofer vuelve a agradecerle y se come sus almendras.
Quince minutos más tarde viene el otro puñado de almendras.
Al cabo de unos diez puñados, el chofer ya no puede más y le pregunta:
- "Gracias abuela, es muy gentil de su parte atiborrarme de almendras peladas, pero dígame ... ¿no cree usted que a lo mejor sus cuarenta amigos y amigas querrían también comer almendras?"
- "No joven... como no tenemos dientes, sólo les chupamos el chocolatito..."
Era un autobús repleto de ancianos, que llevaba a gente de la tercera edad a dar una gira por la ciudad.
Una viejita se para de su asiento, le toca el hombro al chofer, y le ofrece un buen puñado de almendras sin cáscara.
El chofer sorprendido, le da las gracias y se las come con agrado.
Diez minutos después, la abuelita repite el gesto, el chofer vuelve a agradecerle y se come sus almendras.
Quince minutos más tarde viene el otro puñado de almendras.
Al cabo de unos diez puñados, el chofer ya no puede más y le pregunta:
- "Gracias abuela, es muy gentil de su parte atiborrarme de almendras peladas, pero dígame ... ¿no cree usted que a lo mejor sus cuarenta amigos y amigas querrían también comer almendras?"
- "No joven... como no tenemos dientes, sólo les chupamos el chocolatito..."
Angélica
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