Esto trata sobre un capitán de marina que durante toda su carrera había tenido a cargo el destino de barcos de pasajeros. En determinado momento, por cuestiones de fuerza mayor, le toca comandar un barco de carga que debía llegar a un lejano puerto. El capitán, mas desubicado que chupete en el culo, ve pasar los días en un barco donde todos eran hombres, lo que genera una cuestión con respecto al natural apetito sexual del punto, que dejó de ser "apetito" para convertirse en "apeto". Le comenta esto al contramaestre preguntándole como se arreglan con respecto a este asunto en los viajes. El contra (así lo llaman en el buque) le dice que tienen al cocinero que es un chino, que bueno, ud. me entiende no ?. Pero no sea estúpido, mire si yo... con un cocinero chino... por favor...
Pasan unos días mas y el capitán que ya caminaba por la chimenea del barco, lo llama al contra y le dice: ud. me había comentado algo sobre el cocinero, esteee....
Bueno, esta bien, pero esto queda absolutamente entre ud. y yo. Bueno, no, de esto
se enteran siete personas ... "QUEEEE", salta el capitán y el contra le dice, si siete personas; ud. yo, el chino y los cuatro marineros que sostienen al chino....... ! ! ! !
Horacio Wolfman
1 comentario:
Publicar un comentario