Hace tiempo que no publico un cuentito, este es un trabajo practico de mi curso de escritura creativa.
Mas cuentos en:
http://hoyhistorias.blogspot.co.il/
Ningún hombre honesto se hace rico en un
momento
Galindes se
levantó temprano, casi de noche, tomó un café recalentado del día anterior,
manoteó un pedazo de pan y salió corriendo a la parada del ómnibus. Quería ser
de los primeros en el puesto de la lotería de Doña Manolita.
Años y años
que soñaba con ganar el gordo de Navidad.
Salir de
esa pobreza que le agobiaba. Eulalia ya había fallecido, pero si ganaba, por lo
menos podría ayudar al Toto y a Clarita.
Toto, a
pesar de ser ingeñiero, vivía de trabajar de taxista por las noches.
La Clarita
se quemaba las pestañas cosiendo para varias modistas.
Los nietos
solo soñaban con los regalos que deseaban, la bicicleta nueva con doce cambios
de Carlitos estaba lejos de la realidad y la Barbie para Thelmita también. Se
tendrían que conformar con alguna chuchería de plástico de aquellas de "
todo por cinco euros". Cuando llegó la cola ya era bastante larga y un par
de policías estaban intentando de poner
orden.
Hacía años
que compraba el mismo número que le había dicho una gitana en Sevilla.
-¡ Oye
payo, me da un'leuro y te adivino la suerte.!- A cambio del euro la gitana me
dijo un número con muchísima seguridad y agregó- ¡ Que tu'va'a ganar a lotería
con este numeo, señorito!
Y se alejó
mirándome como quien mira al diablo.
Me dejó
impresionado y por eso insisto.
Comenzó a
saltar un poquito, a fregarse las manos y se arropó con la bufanda; hacía un
frío de puta madre.
El sorteo
era ese mismo día en el Teatro Real.
Ya había
comprado una botella de cava barata y un turrón. También había bajado del
desván la sillita plegable.
Tenía todo
preparado para festejarlo.
Hoy salgo
de pobre, pensó esperanzado.
A la tarde
llego al teatro y se encontró con la pandilla de los pobres esperanzados de
todos los años.
-¡ Hola
Galindes! ¿Pues es hoy el gran día...?- le dijo Felipillo, otro pobretón
soñador como el.
- ¡ Pueh,
si, que es hoy...de aquí unas horas nos tomamos la cava para festejar, después
nos vamos de putas para completar la fiesta...!
-¡ Ja, ja!
¿pues ya te compraste el Viagra, o un chupachús
para entrenar la lengua...?
Chanceaban
entre si para soportar la angustia de la esperanza.
Galindes
tenia los billetes entre sus dedos agarrotados por el frío ...
El corazón
le palpitaba como nunca le había pasado, la tensión lo estaba destrozando.
Felipillo
lo vió tan nervioso, que intentó calmarlo.
-¡ Pues
cálmate hombre, que en esta o ganas tu o me lo llevo yo..! Ellos compraban los
billetes con los tres numeros finales iguales.
Por fin
el niño del colegio San Ildenfonso canto
el numero del premio mayor, con ese tono especial del "gordo de
Navidad" ...
Un brillo
de alegría resplandeció en los ojos de Galindes. Saltó de alegría. Pero cuando
cayó al suelo, ya estaba muerto.
Su corazón
no soportó el alegrazo, Felipillo intentó ayudarlo en vano...
En el
tumulto, un ratero haciendose pasar por
un buen samaritano que intentaba salvarle, le arrebató los billetes.
Galindes no
iba disfrutar del premio, pero el ratero tampoco. En su desesperada huida hacia
la Puerta de Sol, cruzó la avenida y lo atropelló un camión de basura y murió
en el acto. Al caer abrió los dedos de la mano alcantarilla , justo arriba de
una alcantarilla, lugar donde había caído el cuerpo del desgraciado. Un
barquito de papel que venia navegando por el agua que corria al costado de la
vereda empujó los billetes en su caída.
Felipillo
atendiendo a su amigo, no se dió cuenta y solo atinó a gritar:
-¡Un medico por favor....!
1 comentario:
No salgo de mi sorpresa ... ¿querés creer? hoy me viniste a la mente en tu faceta de escritor y pensé ¡Cuanto hace que Daniel no publica un cuento!, es más, pensé en pedírtelo y desistí porque no me parece prudente presionar tu imaginación, que venga cuando tenga que venir, pero parece que el pedido se disparó en forma telepática.
¿El cuento? ... Muy bueno, me gustó, creo que lo que me gusta es tu manera de contar, tiene un sello personal; el final me parece algo compacto, con varios sucesos en corto relato, imagino que en un cuento corto no se puede resolver de otra manera igual te lo comento porque es la sensación que recibí.
Un abrazo y gracias por satisfacer mis deseos antes que los diera a conocer...
Jorge Luchia
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