Ya que Trinjaus publica tanta musica yo decidi agregar un poco de ritmo
Sopa con ritmo
A la mañana me
levanté temprano con la intención de preparar algo de comer para que mi esposa
y yo llevásemos al trabajo.
Abrí la
heladera para sacar los ingredientes cuando vi una fuente de comida. Me extrañó
pues no la había visto a mi mujer cocinando. Puse agua para el café, dos
rodajas de pan en la tostadora, la desperté y cuando se levantó le pregunte:
-¿Cuando
tuviste tiempo?
-¿Tiempo de
que?- Me respondió.
-¡Pues de
cocinar!
Me miró con
cara de no entender, entonces abrí la heladera y le mostré la comida.
-¡Me estas
bromeando!- dijo y fue a lavarse.
Me quede con la
puerta de la heladera abierta rascándome la cabeza y mirándola como si fuera el
oráculo de Delfos.
Cerré la puerta
y me dije: -¡Es un ataque de amnesia feroz o sonambulismo repentino!
A la noche de
vuelta del trabajo, le pregunte a mi señora si la comida había estado rica, así
quizás pisaba el palito y me confesaba la verdad.
-¡Riquísima!-
me dijo. No dije nada, cociné algo, cenamos y fuimos a dormir.
A eso de las
tres de la mañana me despertaron luz y ruidos que venían de la cocina. Miré a
mi costado y mi cónyuge roncaba a pierna suelta.
Me levanté para
investigar, y cuando llegue no pude dar crédito a lo que veía.
Una olla sobre
el fuego con agua hirviendo, un cuchillo cortaba zanahorias en rodajas, y estas
se levantaban e iban en fila india para saltar dentro de la cazuela.
Toda esa
parafernalia la hacían con un estupendo ritmo tropical de una película de los 50's…pero
no conseguía reconocer de cual se trataba.
Al lado de la
tabla esperaban su turno bailando un par de papas, una batata y un puerro.
En la pileta
dos choclos hacían Streep Tease al compás de la música.
El cucharón
revolvía solo la sopa y cada tanto salía y daba alguna orden como un gran chef.
En un momento
dado el salero salto de la repisa, hizo una reverencia, se acerco a la olla y
comenzó a salar la comida.
El "
chef" tomó una cuchara y probó el caldo.
-¡Suficiente!-
le dijo al salero.- ¡Esta rica así!
Mientras tanto
a mi no me daban ni la hora. ¡Un perfecto cero a la izquierda!
En un momento
dado mi mujer se despertó un poco y me gritó:
-¡Baja el
volumen de la televisión!
El cucharón levanto la vista, pidió silencio y
le dijo a la luz que se apague. Cuando estuvo oscuro el cucharón fue en puntas
de pie hasta la puerta del dormitorio para ver si mi mujer se había dormido
nuevamente.
Cuando Claudia
se durmió el cucharón volvió, le dijo a la luz que se encendiese nuevamente y
al cuchillo que siga cortando. Ahí la fila continuó su danza hacia la olla.
Las verduras
bailando, cantando y zambulléndose y el cuchillo cortando con ritmo de maracas:
¡Ta, ta, ta...tá...taaá!
…x@$&X
¡Ta, ta, ta...tá...taaá!
…x@$&X
¡Ta, ta, ta...tá...taaá!
…x@$&X
Después de cada
taaá, decían algo: (x@$&X) que no entendí bien porque cantaban en tono muy bajo.
Me acerqué para
escuchar mejor. El canto movedizo seguía
-¡Ta, ta, ta...tá...taaá!
Ahí, el
cucharón me guiñó un ojo y cantó en vos bien alta:
- ¡Mambo!
4 comentarios:
Gracias Daniel por la publicación de este cuento.
Gracias Ricky por expresar en palabras lo que muchos sentimos.
Un fuerte abrazo.
.
Gracias Toni
Muy bueno Daniel K , gracias por estos aportes al blog son valiosísimos, ¿que más puedo decir? Trinjaus lo dijo todo.
Un abrazo.
Jorge Luchia
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